Sandra Benítez Herrera nació en Madrid y cursó la Licenciatura en Física por la Universidad Complutense de Madrid. Es Doctora en Astrofísica por el Instituto Max-Planck de Astrofísica y la Universidad Técnica de Múnich, Alemania. Posteriormente, obtuvo un contrato postdoctoral en la Universidad Federal de Río de Janeiro al mismo tiempo que realizó una especialización en divulgación de la ciencia y la tecnología en la prestigiosa Fundación Oswaldo Cruz de Brasil. Tras trabajar en la Unidad de Comunicación y Cultura Científica del IAC, actualmente es educadora científica y responsable de comunicación en ESAC, Madrid. Es miembro del proyecto voluntario de divulgación de la Astronomía GalileoMobile desde 2011.
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Desde los albores de la era espacial, España ha sido un enclave estratégico para la ambición humana de alcanzar el espacio.
Ya en la década de los sesenta, diversas radioantenas ubicadas en nuestro territorio se utilizaron para el seguimiento de las diferentes misiones de los programas espaciales Mercurio, Gemini y Apolo de la NASA. Una de ellas fue justamente la antena de Maspalomas, situada en Gran Canaria, que continúa en funcionamiento a día de hoy, prestando servicios a la Agencia Espacial Europea (ESA), a la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), a la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y al Sistema Internacional de Satélites para Búsqueda y Rescate marítimo – COSPAS-SARSAT. Concretamente, dentro de este programa y gracias a la antena canaria, se han conseguido salvar miles de vidas en los últimos veinte años.
A partir de 1975, con la creación de la ESA – siendo España uno de los diez miembros fundadores – y, posteriormente, con la instalación del Centro Europeo de Astronomía Espacial en 2004 en Madrid, nuestro país se ha ido convirtiendo en un referente en el ámbito de las ciencias del espacio, tanto a nivel industrial como en el desarrollo de instrumentación e investigación puntera en el campo.
Históricamente, España ha participado también en el marco de la Política Espacial Europea, en proyectos de enorme relevancia como la constelación de navegación satelital Galileo o el programa de observación de la Tierra, Copérnico.
Actualmente, las empresas e instituciones españolas lideran grandes proyectos que generan más de 4000 empleos directos y más de 15 000 empleos indirectos anuales, la mayoría de ellos altamente cualificados.
Uno de los grandes logros de la industria espacial española ha sido el lanzamiento del primer cohete suborbital recuperable privado de España, y de Europa. El cohete Miura 1, desarrollado por la empresa española PLD Space y capaz de transportar cargas útiles de hasta 100 kg y llegar a una altitud de 46 km, se lanzó en 2023 desde la base de El Arenosillo en Huelva y realizó un retorno seguro cayendo en el océano Atlántico. Este lanzamiento histórico ha marcado un hito que pone de relieve las crecientes capacidades de España en el sector espacial internacional.
España ha contribuido también de forma relevante al lanzamiento del primer cohete Ariane 6 de la Agencia Espacial Europea, lanzado el 9 de julio de este año desde el Puerto Espacial Europeo en Guayana Francesa. El Ariane 6 es el modelo más reciente de la familia de lanzadores europeos Ariane y descendiente directo del cohete Ariane 5, que durante dos décadas ha realizado alrededor de cien lanzamientos espaciales con éxito. Su último vuelo tuvo lugar en abril de 2023, llevando consigo el explorador espacial JUICE, destinado a estudiar en detalle la magnetosfera de Júpiter y sus lunas heladas.
Además de la inversión de 228 millones de euros realizadas por España en el desarrollo del Ariane 6, la participación de las empresas españolas ha sido fundamental. Por ejemplo, Airbus España, junto con otras empresas subsidiarias como Jupasa, ICM y Sintersa, ha sido responsable del diseño y la fabricación de siete elementos del cohete, incluyendo piezas estructurales de gran tamaño, parte de los impulsores o boosters y 90% de todo el cableado eléctrico del lanzador, unos 30 km por cohete. Otras empresas nacionales como Sener y Thales Alenia Space han sido las encargadas del desarrollo de la antena de telemetría del Ariane 6, que permite al cohete comunicarse con el centro de control.
Este lanzamiento ha sido crucial para toda Europa, ya que ha marcado la recuperación de nuestra independencia en el acceso al espacio y ha colocado a España como un actor único en el futuro espacial del continente.
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Cabe destacar que la inversión en tecnología y ciencia espacial, por ejemplo, en el marco de una agencia como la ESA, genera importantes ingresos para los países contribuidores. Alrededor del 90% de la financiación se devuelve a los gobiernos en forma de impuestos sobre la renta, impuestos sobre los productos y contribuciones a la seguridad social. Cada euro invertido en los programas de la ESA tiene un impacto significativo con unos 4 euros creados en la economía en general.
Así que la próxima vez que alguien te pregunte por qué merece la pena invertir en este campo, cuéntale que el futuro de España está en el espacio.
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Sección coordinada por Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez.
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